Uncategorized
Celulares falsos para engañar a los delincuentes
MÉXICO (EFE).- Los
robos a mano armada se han vuelto tan comunes en el transporte público
en la Ciudad de México que algunos pasajeros están ocurriendo a una
solución inteligente pero desalentadora para los ladrones: les entregan
teléfonos falsos en lugar de darle sus celulares verdaderos.
robos a mano armada se han vuelto tan comunes en el transporte público
en la Ciudad de México que algunos pasajeros están ocurriendo a una
solución inteligente pero desalentadora para los ladrones: les entregan
teléfonos falsos en lugar de darle sus celulares verdaderos.
Con
un costo de entre 300 y 500 pesos por pieza (equivalentes a entre 15 a
25 dólares), los teléfonos de señuelo son sofisticadamente falsos.
Tienen pantalla de inicio y los modelos son idénticos a los originales,
pero por dentro su procesador es tan ligero que se les ha agregado una
pieza de metal que le sume peso para que sea similar al teléfono de
verdad.
un costo de entre 300 y 500 pesos por pieza (equivalentes a entre 15 a
25 dólares), los teléfonos de señuelo son sofisticadamente falsos.
Tienen pantalla de inicio y los modelos son idénticos a los originales,
pero por dentro su procesador es tan ligero que se les ha agregado una
pieza de metal que le sume peso para que sea similar al teléfono de
verdad.
Son útiles cuando se trata de engañar a los delincuentes
armados que generalmente atacan en los autobuses urbanos, grandes y
pequeños, que transportan a la gente entre la Ciudad de México y sus
suburbios pobres que la rodean.
armados que generalmente atacan en los autobuses urbanos, grandes y
pequeños, que transportan a la gente entre la Ciudad de México y sus
suburbios pobres que la rodean.
La escena se repite una y otra
vez, cortesía de las cámaras que muchos autobuses tienen instaladas
ahora y que graban los asaltos, que ocurren con más frecuencia en la
noche o muy temprano. En una grabación se ve a los pasajeros adormilados
rebotando a lo largo de los vehículos cuando uno o dos de los hombres a
bordo de repente se colocan pasamontañas sobre sus rostros. Uno saca un
arma mientras que su cómplice camina por el pasillo, con una pistola,
exigiendo a los pasajeros que les entreguen objetos de valor.
vez, cortesía de las cámaras que muchos autobuses tienen instaladas
ahora y que graban los asaltos, que ocurren con más frecuencia en la
noche o muy temprano. En una grabación se ve a los pasajeros adormilados
rebotando a lo largo de los vehículos cuando uno o dos de los hombres a
bordo de repente se colocan pasamontañas sobre sus rostros. Uno saca un
arma mientras que su cómplice camina por el pasillo, con una pistola,
exigiendo a los pasajeros que les entreguen objetos de valor.
“¡Ya
valieron!”, grita un ladrón según la grabación plagada de groserías y
en la que amenazan a quienes no entreguen sus teléfonos y dinero. Una y
otra vez, aquellas personas que se resisten o se rehúsan a dar sus cosas
son golpeadas en la cabeza con la pistola, o simplemente son baleadas y
las dejan desangrándose sobre el suelo del autobús.
valieron!”, grita un ladrón según la grabación plagada de groserías y
en la que amenazan a quienes no entreguen sus teléfonos y dinero. Una y
otra vez, aquellas personas que se resisten o se rehúsan a dar sus cosas
son golpeadas en la cabeza con la pistola, o simplemente son baleadas y
las dejan desangrándose sobre el suelo del autobús.
Martha Patricia Rociles Estrada, profesora del suburbio de bajos recursos de Nezahualcóyotl, fue víctima de este tipo de robos.
Hoy
en día, dijo, la mayoría de los residentes de la ciudad hace sus
traslados con miedo. “Ya es un riesgo tomar el transporte público. Uno
lo toma, pero no sabe si va a regresar a su casa”, comentó.
en día, dijo, la mayoría de los residentes de la ciudad hace sus
traslados con miedo. “Ya es un riesgo tomar el transporte público. Uno
lo toma, pero no sabe si va a regresar a su casa”, comentó.
“Ahora
tenemos que cuidarnos hasta de llevar dinero, porque si los asaltantes
se enojan, corre uno el riesgo de que inclusive por no llevar nada lo
maten”, dijo.
tenemos que cuidarnos hasta de llevar dinero, porque si los asaltantes
se enojan, corre uno el riesgo de que inclusive por no llevar nada lo
maten”, dijo.
En los primeros cuatro meses de 2019 hubo un
promedio diario de 70 asaltos violentos en la Ciudad de México.
Alrededor de dos tercios se realizan contra transeúntes, y el resto se
divide casi por igual entre los pasajeros del transporte público y los
automovilistas que son atracados durante la luz roja del semáforo o en
medio de los embotellamientos viales. Entre 2017 y 2018, los asaltos de
ese tipo aumentaron un 22%.
promedio diario de 70 asaltos violentos en la Ciudad de México.
Alrededor de dos tercios se realizan contra transeúntes, y el resto se
divide casi por igual entre los pasajeros del transporte público y los
automovilistas que son atracados durante la luz roja del semáforo o en
medio de los embotellamientos viales. Entre 2017 y 2018, los asaltos de
ese tipo aumentaron un 22%.
Cuando Rociles Estrada fue asaltada a
punta de pistola hace varios años, la mayoría de la gente no llevaba
consigo teléfonos costosos.
punta de pistola hace varios años, la mayoría de la gente no llevaba
consigo teléfonos costosos.
“Fue nada más quitarme lo que llevaba de valor. Mi monedero y ya, nada más”, relató.
El
surgimiento de los teléfonos inteligentes cambió todo eso. Ahora,
muchas personas llevan un dispositivo que cuesta cientos de dólares. Las
víctimas también podrían portar información bancaria o crediticia.
surgimiento de los teléfonos inteligentes cambió todo eso. Ahora,
muchas personas llevan un dispositivo que cuesta cientos de dólares. Las
víctimas también podrían portar información bancaria o crediticia.
Fue
ahí cuando intervinieron los vendedores de celulares de señuelo, como
Axel. Él dice que vende tres o cuatro teléfonos de este tipo a la semana
en su puesto en una plaza de productos electrónicos en el centro de la
ciudad, junto a un edificio colonial que data de 1767.
ahí cuando intervinieron los vendedores de celulares de señuelo, como
Axel. Él dice que vende tres o cuatro teléfonos de este tipo a la semana
en su puesto en una plaza de productos electrónicos en el centro de la
ciudad, junto a un edificio colonial que data de 1767.
Axel, que
no proporcionó su nombre completo por temor a que la policía lo acusara
de vender mercancía falsa, dijo que todos sus clientes saben que compran
falsificaciones.
no proporcionó su nombre completo por temor a que la policía lo acusara
de vender mercancía falsa, dijo que todos sus clientes saben que compran
falsificaciones.
“Sirve para los asaltos, el alto índice de
asaltos que se vienen suscitando en la Ciudad de México”, comentó Axel.
“Les dicen ‘dame tu celular, dame todo’ y muchos saben que tienen que
dar el teléfono rápidamente porque es cuestión de segundos, entonces
pues dan estos teléfonos y a veces el delincuente no se da cuenta”.
asaltos que se vienen suscitando en la Ciudad de México”, comentó Axel.
“Les dicen ‘dame tu celular, dame todo’ y muchos saben que tienen que
dar el teléfono rápidamente porque es cuestión de segundos, entonces
pues dan estos teléfonos y a veces el delincuente no se da cuenta”.
Sin
embargo, el vendedor admitió que la víctima se vería en problemas si el
ladrón se da cuenta que le dieron un simple señuelo. “Evidentemente hay
problemas, porque los delincuentes van a buscar o si se empiezan a dar
cuenta, va a ser un problema”, admitió.
embargo, el vendedor admitió que la víctima se vería en problemas si el
ladrón se da cuenta que le dieron un simple señuelo. “Evidentemente hay
problemas, porque los delincuentes van a buscar o si se empiezan a dar
cuenta, va a ser un problema”, admitió.
Debido a eso, algunos
intentan una estrategia diferente. Gastan un poco más para comprar un
segundo teléfono que sea más barato, pero real.
intentan una estrategia diferente. Gastan un poco más para comprar un
segundo teléfono que sea más barato, pero real.
Gloria, que
trabaja en su propio puesto en otra plaza al otro lado de la calle en un
edificio art decó que solía ser un cine, dijo que el comercio de los
celulares falsos comenzó hace unos 14 años, pero por razones diferentes a
las de hoy en día. Las tiendas de teléfonos compraban las
falsificaciones para sus vitrinas de exhibición a fin de protegerse
contra otro tipo de delincuentes, de las llamadas “bandas de
cristalazos” que pueden vaciar una joyería o una tienda de electrónicos
en segundos al romper las ventanas.
trabaja en su propio puesto en otra plaza al otro lado de la calle en un
edificio art decó que solía ser un cine, dijo que el comercio de los
celulares falsos comenzó hace unos 14 años, pero por razones diferentes a
las de hoy en día. Las tiendas de teléfonos compraban las
falsificaciones para sus vitrinas de exhibición a fin de protegerse
contra otro tipo de delincuentes, de las llamadas “bandas de
cristalazos” que pueden vaciar una joyería o una tienda de electrónicos
en segundos al romper las ventanas.
Generalmente el teléfono de
señuelo “es de exhibición para las personas que venden los originales”,
explicó Gloria. “Se ha vendido aquí desde hace aproximadamente 14 años,
pero generalmente el uso era para exhibición y ahora lo buscan para
proteger sus celulares”.
señuelo “es de exhibición para las personas que venden los originales”,
explicó Gloria. “Se ha vendido aquí desde hace aproximadamente 14 años,
pero generalmente el uso era para exhibición y ahora lo buscan para
proteger sus celulares”.
Gloria vende un iPhone falso en 300
pesos (15 dólares), que salvaría a una víctima de perder los 18.000
pesos (900 dólares) que cuesta un iPhone verdadero.
pesos (15 dólares), que salvaría a una víctima de perder los 18.000
pesos (900 dólares) que cuesta un iPhone verdadero.
“En algunos
casos, la mayoría es para evitar el robo de celular, de los datos”, dijo
Gloria, quien también pidió que no se usara su apellido.
casos, la mayoría es para evitar el robo de celular, de los datos”, dijo
Gloria, quien también pidió que no se usara su apellido.
La
paranoia sobre los asaltos y atracos se ha intensificado por el hecho de
que muchos de los robos se están grabando por cámaras de vigilancia
instaladas en los autobuses del transporte público. Las grabaciones a
menudo se muestran en programas de noticias, infundiendo miedo en la
gente.
paranoia sobre los asaltos y atracos se ha intensificado por el hecho de
que muchos de los robos se están grabando por cámaras de vigilancia
instaladas en los autobuses del transporte público. Las grabaciones a
menudo se muestran en programas de noticias, infundiendo miedo en la
gente.
El gobierno de la alcaldía de Iztapalapa, en el este de la
ciudad y una de las más grandes y pobres, lanzó un programa esta semana
para que los policías suban a los autobuses para evitar que ocurran
robos. Aunque el programa inició con gran fanfarria y fotografías en los
medios, algunos residentes se mostraron incrédulos.
ciudad y una de las más grandes y pobres, lanzó un programa esta semana
para que los policías suban a los autobuses para evitar que ocurran
robos. Aunque el programa inició con gran fanfarria y fotografías en los
medios, algunos residentes se mostraron incrédulos.
Óscar
Armenda, un trabajador del transporte público que conducía un autobús en
Iztapalapa alrededor del mediodía mientras la policía comenzaba a
abordar dijo: “Qué bien, a la vez bien, pero a la vez no”.
Armenda, un trabajador del transporte público que conducía un autobús en
Iztapalapa alrededor del mediodía mientras la policía comenzaba a
abordar dijo: “Qué bien, a la vez bien, pero a la vez no”.
“Deberían
hacerlos cuando se necesitan y no ahora. Generalmente es más tarde”,
aseguró en referencia al horario preferido por los ladrones.
hacerlos cuando se necesitan y no ahora. Generalmente es más tarde”,
aseguró en referencia al horario preferido por los ladrones.