- Waldo Ariel Suero y Justo Nicasio indican que imponer la tercera dosis viola los derechos
- Clevy Pérez pide otras medidas, como suspender las aglomeraciones
SANTO DOMINGO.- Ya es un hecho que ómicron circula en República Dominicana. Una persona que estuvo en África y una mujer que viajó a Chile desde el país, confirmaron la presencia de la variante, que no es muy letal, pero es de las más contagiosas que se han detectado desde el comienzo de la pandemia.
Este lunes, el Gobierno ha dado luz verde a la cuarta vacuna de forma voluntaria, mientras que la tercera será obligatoria a partir del 31 de enero del 2022, según la resolución 000069 del Ministerio de Salud Pública.
La disposición destapa el debate surgido cuando se exigió la tarjeta que certificaba que las personas tenían las dos dosis de vacunas colocadas.
Para la clase médica del país, la medida es buena en el fondo, pero consideran que la forma no es la adecuada, puesto a que entiende que se violan los derechos a las personas.
Waldo Ariel Suero, expresidente del Colegio Médico Dominicano (CDM), apoya hasta una cuarta dosis, pero de forma espontánea de las personas, no una imposición del Gabinete de Salud.
“Debe dar otro tipo de motivación, porque eso limita los derechos”, entiende el galeno, caracterizado por las posturas firmes en las luchas de su sector.
En julio de este año, cuando el Gabinete de Salud se reunió con las sociedades médicas para estudiar ser uno de los primeros países del mundo en aplicar la tercera dosis, Suero levantó la mano en favor de la medida. Sin embargo, cuando se decretó la presentación de tarjeta de vacunación para acceder a ciertos lugares, el gremialista se opuso, al considerar que la vacuna debe ser voluntaria.