AFP – CALIFORNIA.-Las medidas de distanciamiento social impuestas durante el confinamiento alrededor del mundo transformaron la comunicación entre las personas, que pasaron a depender en gran medida de las llamadas de video y las conferencias, tanto en su trabajo como en su vida social.
La crisis del coronavirus «ha resultado en una mayor demanda de interacciones y colaboraciones cara a cara y con muchas personas», señala Eric Yuan, fundador y propietario de Zoom, agregando que entre enero y marzo la compañía californiana logró un aumento de 169% en sus ingresos, a más de 328 millones de dólares, y obtuvo beneficios por 27 millones.
Los diferentes usos han crecido rápidamente a medida que las personas incorporaron Zoom a su vida laboral, educativa y personal. La pantalla de mosaicos, con los rostros de los participantes, se ha convertido en un símbolo de contención, que ha sido copiada luego por gigantes tecnológicos, como Facebook, Google y Microsoft.
Al final del primer trimestre, Zoom tenía aproximadamente 265,400 clientes de pago, compañías con al menos 10 empleados. La cifra representa un aumento del 354% respecto al año pasado, según la empresa con sede en San José, Silicon Valley.
Pero todo no fue color de rosa: la afluencia masiva y repentina de nuevos usuarios en Zoom condujo a problemas de seguridad y reveló fallas en la gestión de datos confidenciales.
El estado de Nueva York anunció en mayo que llegó a un acuerdo con el grupo dueño de Zoom para que mejorase la protección de su plataforma contra las amenazas de ciberseguridad. Así puso fin a una investigación de la fiscalía estatal lanzada en marzo ante las fallas.
Por otra parte, Zoom lanzó recientemente una fundación filantrópica que comenzó a donar a asociaciones locales e internacionales, incluida la Organización Mundial de la Salud.